Soy nuevo en esto. No suelo hacer este tipo de cosas, la neta. Siempre he tenido novia o alguien con quien sacar el veneno, pero recién me quedé soltero y quise aprovechar y experimentar. Ya tenía la idea en la cabeza, pero no quería meterme a páginas raras por miedo a que me estafaran. Aun así, las ganas me traían inquieto ya tenia casi 3 meses sin nada ni paja.

Un día cualquiera, iba caminando por metro Hidalgo, medio distraído, pensando en mil cosas. Como el metro y el metrobús estaban hasta la madre de gente, hora pico, seis de la tarde, mejor decidí caminar a Buenavista. Total, no está tan lejos y necesitaba aire.

Ahí fue cuando la vi. Yo pensé que no era prosti. Estaba ahí sola… hasta que vi que una prosti se le acercó y la saludó como si se conocieran. Ahí me entró la idea con ganas: “Sí… sí es. Me la chingo.”

Estaba sentada en una banca, en pleno parque. Morena, bajita máximo 1.50, flaquita, con una minifalda que apenas cubría lo justo, y el cabello con mechones azules que le daban un toque como de emo. Me clavé mirándola. Tenía ese algo que no sabes explicar, pero que te pone duro nomás de imaginarla.

Me le acerqué con nervios, la neta, pero ella fue súper tranquila. Me dijo bajito:Son 200 más hotel. Tú escoges.
No se veía forzada, ni de esas que te tratan con hueva. Fuimos al hotel más barato que ella conocía por ahí, sin mucho rollo. En el camino le pregunté su edad y me dijo 18… pero la verdad no sé.

Ya adentro, se quitó la ropa con calma. Y sí, flaquita, con buen culo. Pero había algo en ella que me tenía vuelto loco. Y luego... vi sus pezones.

No mames.

Los más largos que he visto. Ni en el porno he visto algo así. Oscuros. Erguidos. Literal, como del tamaño de un dedo meñique. Duros. Sus tetas eran chicas, pero bien puntiagudas. Le pregunté si podía chuparlos y me dijo que sí. No me detuve. Los mordí, los succioné con fuerza. Ella gemía bajito, pero se notaba que le gustaba. Se retorcía y me jalaba del cabello con una mano, mientras con la otra me tocaba la verga, se metía los dedos en la boca y luego me la dejaba llena de saliva para seguir acariciándome la cabeza.

Luego me hizo sexo oral... no sé cuánto tiempo pasó, pero sí fue un rato. Se lo tragaba todo con ganas, sin quejarse. Me lo dejaba bien mojado, con la lengua bien aplicada, haciéndomelo sabroso.

Después, me montó como si me conociera de años. Íbamos en todas las posiciones que se me ocurrieron: de perrito, sentados, con las piernas al hombro... Se la metí duro, sin piedad, y ella me decía que ya estaba acostumbrada al dolor. Estaba tan mojada que cada vez que entraba, se escuchaba como perro tragando agua. Se sentía real. Gritaba. Y afuera se escuchaban unos vatos ya muy mayores del mismo hotel diciendo cosas como:
Ahora sí le tocó verga a la chaparrita.

Cuando acabamos, antes de salir, el cielo se había soltado a llover con todo. Nos quedamos ahí un rato, platicando. No tenía prisa por irse, y eso me gustó más. Me dio su número, me dijo que no se lo daba a cualquiera, que yo le había caído bien. Y todavía me dejó meterle mano. Le metí la mano debajo de la falda. Ya después se bajó un poco la lluvia y me fui.

Y ahí la cagué: perdí el pinche celular días después.

No supe más de ella. Pero me acuerdo de todo. De su boca caliente. De su forma de moverse. De sus pezones larguísimos en mi boca, rozando todo el paladar. Y cada que paso por Hidalgo, me acuerdo...

¿Alguien ha estado con ella? Cuenten sus experiencias.

Last edited by Alekx (2025-08-05 09:17:25)